“Gynenum Sagihatum” o más conocida como caña flecha, es la materia prima para hacer variedad de tejidos, los indígenas Zenu han encontrado la forma para transformarla en preciosas artesanías únicas con un valor gran valor cultural, con este arte se ha ido pasando de generación en generación. Como lo indica Ester Mejía, artesana de la comunidad indígena La Granja “Aquí tiene empleo todo el mundo, porque aquí desde el que limpia la caña flecha, hasta el que cose el sombrero, hasta el que lo transporta”.
Para el pueblo Zenú los saberes ancestrales son su esencia, desde pequeños empiezan a aprender el arte del tejido y sobre producción de su materia prima. Los niños juegan un papel importante, ya que esta es la forma de asegurar la continuidad de sus saberes y de perdurar su cultura en las generaciones futuras. “Nuestros ancestros desde que nosotros nacemos, nos enseñan a tejer los diferentes tejidos que tenemos en nuestras comunidades. “ dice Emilce Salcedo la capitana indígena de la comunidad La Granja, mientras ágilmente va tejiendo durante la entrevista.
Las técnicas de tejido se van desarrollando personalmente, buscan la inspiración en la naturaleza y dan diferentes diseños a un mismo material. Todos los procesos en la elaboración de estas artesanías son naturales, utilizando lo que les provee su territorio para lograr diseños coloridos y únicos. Para esta comunidad poder trascender es una prioridad, por eso el apoyo técnico de los PDET es clave para aumentar su producción y poder empezar a tener una perspectiva de crecimiento en la elaboración de sus productos.
Para la comunidad indígena de La Granja poder tener unos puntos de acopio en ciudades principales es una de sus metas, así podrán tener mayor alcance para vender sus productos y fortalecer su economía. Quieren que su producto salga de la región, sea reconocido y puedan exportarlo, en los PDET ven el camino para lograrlo. Buscan que su tradición cultural y el valor ancestral de su producto sean reconocidos nacional e internacionalmente.