En un territorio de 1.310,4 km2, en el que cabe dos veces Washington, la capital de Estados Unidos, se asienta la subregión PDET Alto Patía y Norte del Cauca, un vasto territorio conformado por 24 municipios de los departamentos del Cauca (17), Valle del Cauca (2) y Nariño (5), que se aloja en las cuencas de los ríos Patía, Cauca y San Juan de Micay, y entre las cordilleras Central y Occidental, característica que le permite contar con todos los pisos térmicos, desde planicies aluviales hasta montañas, y que son fuente de su amplia biodiversidad, en la que se destaca el Parque Nacional Natural de Munchique.
La diversidad étnica de su población, conformada por resguardos y cabildos indígenas, consejos comunitarios afrodescendientes, campesinos y mestizos, conlleva la conservación de diversas tradiciones, una difícil relación por la propiedad de la tierra y el desarrollo de dos modelos económicos agrícolas; por un lado, el agroindustrial de la caña de azúcar en el norte del Cauca y las plantaciones forestales en el centro y norte del mismo departamento; y otro, el de agricultura sostenible de las comunidades campesinas, indígenas y afro que habitan en las laderas de las cordilleras y el valle del río Patía.[1]
Pero su quebrada topografía, la dispersión de la población, tan solo 61 personas por kilómetro cuadrado dificultó la construcción de vías, el acceso a servicios sociales y comunitarios y la presencia institucional, generando una creciente proliferación de cultivos ilícitos y violencia, acrecentando la pobreza de las más de 800 mil personas que habitan este territorio.
Estas comunidades encontraron en el PDET Alto Patía y Norte del Cauca la herramienta de planificación y desarrollo que les daría la oportunidad para transformar su territorio, mejorar su calidad de vida, conservar la biodiversidad y lograr seguridad, tranquilidad y confianza entre sus comunidades. El diálogo, el trabajo en equipo y la concertación abrieron el camino.
El 11 de diciembre de 2018, los delegados de los 43.201 participantes en la construcción del Pdet Alto Patía y Norte del Cauca, junto con los representantes de instituciones y organizaciones del territorio, suscribieron su Plan de Acción para la Transformación Regional PATR. Un documento que interpreta con nitidez y precisión 4.466 iniciativas que resumen sus necesidades comunitarias y se agrupan en 8 pilares para la transformación social y económica de la región. Más de 2.293 personas autoreconocidas étnicas hicieron parte de esta gran construcción colectiva, garantizando que en ella se dio participación a todos.
Un poco más del 46% de dichas iniciativas apuntaron al desarrollo de proyectos en los pilares de educación y reactivación económica, seguido de un 12,5% en el pilar de reconciliación y paz, evidenciando la situación de pobreza, falta de oportunidades para sus niños y jóvenes y la resiliencia de sus comunidades para superar el fenómeno de la violencia. El 41,5% restante de las iniciativas se ubican en los pilares de infraestructura, salud, educación, ordenamiento territorial y derecho a la alimentación.
Este Plan, cuya ejecución se proyectó a 15 años, avanza con la visión comunitaria de ser “un territorio biodiverso, hídrico, pluriétnico, multicultural, campesino e incluyente, que garantiza, protege y fortalece los derechos humanos en su integralidad, que respeta y promueve el enfoque diferencial y de género, y garantiza los derechos de las mujeres y las víctimas, donde coexistirán ética, armónica y participativamente todos los actores sociales, con sus respectivos modelos económicos.”
[1] PATR Alto Patía y Norte del Cauca. Popayán 2018